La regolazione del peso corporeo è un insieme complesso di variabili fisiologiche, metaboliche, ambientali, comportamentali e genetiche, che controllano quanta energia consumiamo e quanto spendiamo. Il peso corporeo rappresenta il risultato misurabile del bilancio energetico tra quanta energia entra e quanta energia esce. L'energia introdotta con il cibo viene utilizzata dall'organismo sia a riposo (per mantenere le funzioni dei tessuti e degli organi, come cervello, polmoni, cuore, ecc.) che durante l'attività fisica. Se viene introdotta più energia di quella consumata, l'eccesso si deposita nell'organismo sotto forma di grasso, soprattutto come tessuto adiposo con aumento di peso.
Se invece viene introdotta meno energia di quella consumata, l'organismo utilizza la propria riserva per soddisfare quanto richiesto energeticamente. In generale, l'energia che introduciamo attraverso gli alimenti viene utilizzata dal metabolismo basale (55-70%), dalla termogenesi indotta dagli alimenti (circa 10%) e dall'attività fisica (20-40%). Il metabolismo base (MB) è il lavoro svolto dall'organismo in condizioni di base (digiuno e riposo) per il mantenimento delle funzioni vitali, richiede la quota maggiore del dispendio energetico totale.
Il dispendio energetico di base è direttamente proporzionale alle dimensioni corporee, varia con l'età ed è diverso nei due sessi. Gli organi interni utilizzano circa i 2/3 del dispendio energetico basale, la restante quota viene utilizzata dai muscoli (anche a riposo), e da altri tessuti. La termogenesi indotta dagli alimenti rappresenta il dispendio energetico nella digestione e nel loro assorbimento e metabolizzazione, variabile a seconda dei macronutrienti (proteine, carboidrati, grassi) contenuti nell'alimento. Questo valore è più alto per le proteine (20-30%) e più basso per i carboidrati (5-10%) e ancora più basso per i grassi (2-5%). Invece, il dispendio energetico dell’attività fisica è l’energia che spendiamo in tutti i movimenti del corpo. Rappresenta una percentuale variabile del dispendio energetico totale e comprende attività fisiche inevitabili, imposte dal lavoro, attività sociali e attività discrezionali e facoltative che nascono da motivazioni ricreative, sanitarie, ecc. È proprio su questo che si può intervenire più efficacemente per aumentarlo dispendio energetico complessivo. Se aumentiamo il livello di attività fisica otteniamo due risultati: un aumento del dispendio energetico e lo sviluppo e il mantenimento della massa muscolare, che a sua volta aumenta il metabolismo basale.
La regulación del peso corpóreo e un complejo conjunto de variables fisiológicas, metabólicas, ambientales, comportamentales y genéticas, que controlan cuánta energía asumimos y cuánta gastamos. El peso corpóreo representa el resultado medible del balance energético entre cuánta energía entra y cuánta sale.
La energía introducida con los alimentos es utilizada por el cuerpo sea en reposo (para mantener en funciones tejidos y órganos, tales como cerebro, pulmones, corazón, etc.) que durante la actividad física (también para hacer funcionar los músculos). Si se introduce más energía de la que se consume, el exceso se deposita en el cuerpo en forma de grasa, sobre todo como tejido adiposo con aumento de peso. Si en vez se introduce menos energía de cuanta se consume, el cuerpo utiliza la propia reserva para hacer frente a lo requerido energéticamente.
En general, la energía que introducimos a través de los alimentos es usada por el metabolismo de base (55-70%), por la termogénesis inducida por los alimentos (cerca 10%) y por la actividad física (20-40%). El metabolismo de base (MB) es el trabajo desarrollado por el organismo en condiciones básicas (en ayuno y reposo) para el mantenimiento de las funciones vitales y exige la mayor cuota del gasto energético total. El gasto energético básico es directamente proporcional a las dimensiones del cuerpo, varía con la edad y es distinto en los dos sexos. Los órganos internos, utilizan aproximadamente los 2/3 del gasto energético basal, la cuota restante es utilizada por los músculos (aún en reposo), y de los otros tejidos. La termogénesis inducida por los alimentos representa el gasto energético en la digestión y el absorbimiento y metabolización de los mismos, variando en función de los macronutrientes (proteínas, carbohidratos, grasos) contenidos en los alimentos. Esto es más elevado para las proteínas (20-30%) y más baja para los carbohidratos (5-10%) y todavía menor para las grasas (2-5%). En vez, el gasto energético de la actividad física es la energía que gastamos en todos los movimientos del cuerpo. Representa un porcentaje variabledel gasto energético total e incluye actividades físicas inevitables, impuestas por la actividad del trabajo, la social y la discrecional y opcional que surge de motivaciones recreativas, de salud, etc.. Es sobre ésta precisamente que podemos intervenir más eficazmente para aumentar el gasto energético general. Si aumentamos el nivel de actividad física obtenemos dos resultados: el aumento del gasto energético y el desarrollo y mantenimiento de la masa muscular, la que, a su vez, aumenta el metabolismo de base.
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